Visita al barrio de Saint-Louis
Explorar el barrio de Saint-Louis es realizar una pausa en el tiempo. Desconocido entre los turistas, este barrio de Versalles ha sabido conservar su arquitectura del siglo XVIII. Consta en realidad de dos barrios: el barrio de Saint-Louis propiamente dicho y el Vieux-Versailles, el corazón histórico de la ciudad. Hoy en día, el barrio está lleno de apasionados artesanos. Entre ellos, ebanistas, sastres de teatro, ceramistas, restauradores, relojeros y escultores de la madera que han heredado unos conocimientos transmitidos a lo largo de los siglos.
Paseo por el barrio de Saint-Louis
Paseando por las estrechas calles del Vieux-Versailles, sucumbirá sin duda al innegable encanto de las antiguas casas del barrio. Estas últimas fueron construidas en el corazón mismo del antiguo pueblo de Versalles, adquirido por Louis XIII. En sus paseos, descubrirá el Convento de los Recoletos, el servicio de intendencia del palacio (Grand Commun) construido bajo Luis XIV o el antiguo palacete de Asuntos Exteriores. Pero el lugar más simbólico del Vieux-Versailles sigue siendo la Sala del Juego de Pelota, donde se prestó el Juramento del Juego de Pelota durante la Revolución Francesa, que condujo a la abolición de la monarquía.
El barrio de Saint-Louis alberga los «Carrés Saint-Louis». Estas casitas fueron construidas bajo Luis XV y, en realidad, constituían un mercado. Dos décadas más tarde, estas casas fueron realzadas con un ático. Este pintoresco lugar está ahora protegido como monumento histórico y está siendo restaurado gradualmente a su aspecto original.
Un poco más lejos, a la altura de la calle Indépendance Américaine, descubrirá la «Ciudad administrativa», cuya misión es conservar la memoria de los servicios oficiales de la Monarquía. Por último, la espléndida catedral de Saint-Louis, construida entre 1743 y 1754, constituye una verdadera obra maestra con majestuosas fachadas.